Cómo hacer una entrevista

 
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Realizar una entrevista sin haberla preparado antes puede resultar un bochorno y el entrevistado lo puede tomar como que le has hecho perder el tiempo. Para que esto no te suceda, chequea los pasos necesarios para realizar una entrevista. Una entrevista puede ser una experiencia muy productiva o una situación muy incómoda, y más allá de la voluntad del entrevistado, también tendrá que ver –y mucho- la planificación previa que hayas hecho antes de llegar a esa instancia. Es fundamental que la prepares con anticipación si quieres conseguir un resultado interesante.

Investiga, investiga, investiga

La base de toda entrevista es la investigación previa, ya sea sobre un tema o una persona. Infórmate todo lo que puedas, lee entrevistas y artículos sobre el mismo tema o la misma persona. Esto te ayudará a preparar tu cuestionario, ahondar en un aspecto que otro entrevistador pasó por alto, hacer las preguntas pertinentes de acuerdo al entrevistado y conducir el momento con toda seguridad.

Define tu objetivo

¿Qué quieres lograr con tu entrevista? Existen distintos tipos de entrevistas y cada una persigue un fin distinto. Puede ser una de investigación donde solo quieres obtener información sobre determinado tema pero no piensas transcribirla tal cual, o puede ser de personalidad, donde lo que quieres es indagar sobre la forma de ser de determinada persona pública; entre tantos otros tipos. ¿Cuál es el fin de tu entrevista? Debes tenerlo claro para saber qué tipo de preguntas vas a formular y para no perder el hilo de la conversación durante la misma.

Prepara los temas

Hacer una lista de preguntas está bien, pero además de esto, debes preparar temas sobre preguntas. ¿Qué puntos no debes olvidar tocar? Los nervios del momento podrían traicionarte, así que prepara los temas y apúntalos en una libreta. Puedes llevarla contigo, ya que te hará sentir más seguridad; pero no se te ocurra estar todo el tiempo pendiente de tus anotaciones porque perderías grandes oportunidades de ahondar sobre una respuesta, repreguntar cuando la respuesta no te haya resultado convincente o podrías perderte detalles muy interesantes por distracción.

Observa todo con atención

Si vas a realizar, por ejemplo, lo que se denomina una entrevista de personalidad, debes tener en cuenta no solo lo que el entrevistado te cuente, sino todo el entorno que hace a la persona. Sus gestos, sus movimientos, su espacio personal, su sonrisa o su rigidez, el tono y la cadencia de su voz; en fin todos los detalles que los lectores de la entrevista no podrán adivinar a través de las respuestas y hacen, ineludiblemente, a la construcción de la persona. Obsérvalo todo y anótalo en una libreta para no olvidarlo.

Conoce al entrevistado

Conocer al entrevistado en sus gustos y actividades es fundamental por lo que ya vimos en los puntos anteriores. Pero en este caso, nos referimos más que nada a conocer al entrevistado en cuanto a ese rol. Es decir, ¿es un entrevistado “monosílabo”? ¿O le gusta extenderse mucho en cada respuesta? Es fundamental que conozcas la forma de responder de la persona que vas a entrevistar, porque de ahí dependerán las preguntas que formulen. Si a tu entrevistado no le gusta hablar, no es conveniente que realices preguntas que pueda contestar con un simple “si o no”, sino que debes enfocarte en hacer preguntas abiertas, que le obliguen a explayarse en la respuesta. Y en cambio si no puede dominar su ansiedad por hablar, deberás hacerle preguntas más concretas. Aunque claro, siempre déjalo expresarse.

Haz una lista de preguntas

Al igual que la preparación de los temas, también es bueno contar con una lista de preguntas, pero de igual forma, lo mejor sería que no te ates a estas preguntas. Siempre la mejor receta es estar atento al diálogo. Esto hará que no preguntes algo que el entrevistado ya te contestó, o te dará pie para nuevas preguntas a partir de lo que te esté contando. La lista de preguntas  te servirá si tienen un momento en blanco, si se trata de un entrevistado difícil al que no le gusta contestar o incluso para no olvidarte de algo que sí o sí quieres averiguar. Pero recuerda, no te ates al papel: la clave es estar atento a la conversación. En cuanto a la formulación de preguntas, ten en cuenta no hacer más de una pregunta por vez, ya que de lo contrario podrías confundir al entrevistado o provocar que te conteste solo una parte.

Revisa que todo esté bien

Como ya lo hemos dicho, los nervios del momento pueden jugarte una muy mala pasada. Si vas a utilizar tecnología cerciórate de que todo esté funcionando a la perfección, cuida detalles como que las pilas de un grabador sean nuevas o la videocámara esté completamente cargada y tenga suficiente espacio. A veces obviar detalles como éstos pueden arruinar toda una entrevista, tenlo en cuenta y chequéalos para que ese no sea tu caso.

Fuente: Universia.edu.ve