Errores más comunes en la organización del tiempo

 
  Compartir este Artículo.

Reconocer que la forma en la que organizas tu tiempo no es la mejor es el primer paso para corregir estos errores, gestionar mejor las tareas y hacer que tus jornadas sean más productivas y satisfactorias. A continuación, te acercamos los 7 errores más comunes en la organización del tiempo:

Sobrecargarse de proyectos

Si te cuesta decir que no a nuevos pedidos, trabajos, proyectos o actividades, probablemente te hayas visto sobrecargado de compromisos más de una vez. Hacer demasiado es una práctica muy poco eficiente, ya que no te permite concentrarte en las tareas más importantes de la forma en que merecen.

Enamorarse de “estar ocupado”

A muchas personas secretamente les encanta correr contra el reloj, llenarse de tareas y trabajar bajo presión. Les emociona y llena de adrenalina. Les gusta estar ocupados todo el tiempo, y también poder decirlo. Aunque estos trabajadores compulsivos parezcan personas increíblemente productivas, lo más probable es que sufran estrés y un deterioro en la calidad de su trabajo.

No fijar metas

Tener metas específicas y accesibles es esencial para organizar tu tiempo de manera eficiente, ya que te permite tener una idea de aquello que quieres lograr. Esto te hará más sencillo descubrir qué pasos debes tomar para alcanzarlas, así como diferenciar entre las tareas prescindibles y las que realmente contribuyen con tus objetivos.

No priorizar las tareas

A veces las tareas que parecen ser más urgentes nos quitan tiempo para las que son realmente urgentes. Por este motivo, es necesario saber diferenciar qué tareas puedes delegar y cuáles debes hacer tú mismo, y en qué momento las debes hacer.

Un truco útil es emplear el método Eisenhower, que consiste en dividir las actividades pendientes en “urgentes e importantes”, que debes realizar ahora mismo, “importantes pero no urgentes”, para las que debes asignar una fecha y hora, “urgentes pero no importantes”, que puedes delegar a otra persona, y “ni urgentes ni importantes”, que debes eliminar por completo de tu día.

Rendirse a las distracciones

Si sumas los minutos que dedicas a tareas que interrumpen tus horas de trabajo o estudio, probablemente el resultado te asuste. ¿Te sientes identificado? Probablemente te estés dejando distraer por tu teléfono, el correo electrónico, tus compañeros o las redes sociales más de lo que te conviene.

No realizar una lista de tareas

Elaborar una “To Do list” con las tareas pendientes para ese día, semana o el período de tiempo que prefieras es muy útil para prevenir olvidos, organizar el tiempo y priorizar tareas. Además, tachar las actividades completadas puede ser muy satisfactorio. Una recomendación clave, a la hora de realizar listas de tareas, es que cada item debe corresponder a una actividad específica. Si anotas “comenzar el ensayo” te enfrentarás a una propuesta demasiado vaga y es muy probable que pierdas la motivación antes de empezar. En su lugar, anota algo específico, como “escribir dos párrafos introductorios” y, si así lo prefieres, establece una hora límite para completarlos. De esta manera, tus metas parecerán mucho más accesibles y una vez que hayas comenzado, continuar será más sencillo.

Procrastinar

Procrastinar es dejar para el último minuto posible las tareas que bien podrías estar realizando ahora. ¿El resultado? Estrés y un latente sentimiento de culpa. Si quieres luchar contra esta tendencia, prueba lo siguiente: proponte a ti mismo realizar la tarea pendiente por tan solo 5 minutos. De esta manera, lo pendiente no parecerá algo inaccesible y monumental, y una vez que empieces probablemente quieras continuar con tu labor hasta terminarlo.

Fuente: Universia.net.co