Destino Estudiantil: Guía básica para visitar Dublín

 
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La ciudad de Dublín es uno de los destinos de referencia en el mapa Europeo. Su origen vikingo realza su patrimonio histórico, mientras que la literatura y sus valiosos museos comprenden una importante riqueza cultural. Con el transcurso del tiempo la ciudad ha adquirido un notable carácter cosmopolita, transformándose en una urbe moderna, pero sin despenderse de sus raíces tradicionales. Un escaparate que seduce al viajero y en el que poder desmenuzar muchos de los secretos que aguarda.

La avenida O’Connell es la arteria principal del centro histórico, en la que se concentra el área comercial de la ciudad. La gente que recorre sus aceras puede contemplar algunos monumentos dedicados a personajes ilustres o estructuras más contemporáneas como The Spire, un pilar de 120 metros de altura en forma de aguja y que desde hace trece años sustituye a la antigua estatua Nelson’s Pillar, derribada tras un ataque del IRA. Otra de las referencias arquitectónicas del lugar es la Oficina Central de Correos, donde tuvo lugar la proclamación de la República de Irlanda en 1916, tras el conocido como Levantamiento de Pascua.

Una de las visitas obligadas es a la Universidad más antigua de Irlanda y una de las más reconocidas mundialmente. De los aularios del Trinity College salieron grandes personalidades como Samuel Beckett, Bram Stoker, Edmund Burke u Oscar Wilde. El paseo por el campus y la posterior entrada a la sala de la antigua biblioteca son un gran ejemplo del calado cultural y educativo de este enclave con más de 400 años de historia.

Si hablamos de cerveza en tierras irlandesas el protagonismo se lo lleva Guinness, una empresa legendaria que con el cambio de milenio abría las puertas de su propio museo, en el que el visitante puede conocer de primera mano el proceso de elaboración de esta legendaria bebida compuesta por agua, lúpulo, cebada y levadura. Una combinación de ingredientes que está sometida a un meticuloso proceso de elaboración, cuyo sabor hace de esta un signo de distinción entre los amantes de la pinta. La exposición, que dura aproximadamente dos horas, finaliza en la última planta del edificio, donde se sitúa el Gravity Bar y en el que se pude degustar una cerveza con una vista panorámica de toda la ciudad.

Para seguir degustando la amplia carta de cervezas que ofrece la ciudad, es requisito indispensable visitar Temple Bar, el centro neurálgico de la vida social y cultural en Dublín. Las calles empedradas y sus callejuelas están repletas de bares y restaurantes, convirtiendo este emblemático rincón en el epicentro turístico por excelencia. La mayoría de los locales tienen música en directo y en todos ellos hay infinidad de bebidas y comidas típicas irlandesas. Situada entre Dame Street y el río Liffey, esta zona alberga el mayor ambiente de la ciudad, sobre todo en el ámbito nocturno. El propio Temple Bar es todo un símbolo dublinés, aunque la afluencia masiva de clientes deriva en un incesante agobio que impide disfrutar de la atmósfera de ocio y diversión. Lo mejor de todo es que la oferta es amplia y variada. Por suerte, hay tabernas donde elegir.

Fuente: Universia.es