¿Qué es Flipped learning?, Claves y desafíos de este modelo de enseñanza

 
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El aprendizaje invertido (conocido por el nombre de flipped learning, en inglés) es un método de aprendizaje semi presencial que consiste en dictar las lecciones fuera del salón de clase, por ejemplo a través de la modalidad a distancia, y utilizar las clases presenciales para practicar y aplicar esos nuevos conceptos, a través de actividades prácticas o debates.

El cometido de esta propuesta es esencialmente asegurarse de que los alumnos hayan comprendido verdaderamente lo que se les ha enseñado, sacar el máximo provecho del tiempo limitado que estos comparten junto a los profesores, y sobre todo, involucrarlos activamente en el proceso de aprendizaje y favorecer el pensamiento crítico.

Para que logres comprenderlo con mayor facilidad, a continuación enumeraremos las cuatro claves del aprendizaje invertido:

1. Ofrece ambientes flexibles, es decir, permite a los estudiantes elegir donde y cuando aprender.

2. Propone un cambio en la cultura del aprendizaje.

3. Selecciona  los contenidos y los métodos  a utilizar de forma intencional.

4. Requiere docentes cualificados, observadores y comunicativos.

Respecto a su origen, expertos coinciden que el aprendizaje invertido surgió en contraposición al aprendizaje tradicional, el cual propone una lógica lineal y coloca al docente como la figura central del proceso de enseñanza. Él es quién se encarga de impartir las lecciones y ordenar tareas a los alumnos, mientras que estos últimos se limitan a tomar apuntes, hacer los deberes y aprobar los exámenes.

Esta concepción tradicional “puede ser una manera efectiva de adquirir conocimiento nuevo; el inconveniente es el ritmo”, advierten desde el Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey. “Para algunos estudiantes el avance puede ser muy lento pues se revisan contenidos que ya saben; para otros, muy rápido porque pueden carecer del conocimiento previo necesario para comprender los conceptos”.

Como respuesta a ese inconveniente,  el aprendizaje invertido contempla las distintas habilidades de posee cada estudiante y trabaja en función de ellas. Asimismo, modifica el rol asignado a los docentes, quienes dejan de ser conferencistas  (the sage on the stage, en inglés) y pasan a ser preparadores (the guide on the side).

Cabe destacar que si bien este novedoso modelo posee numerosas virtudes, su implementación también supone desafíos: demanda un gran esfuerzo y dedicación por parte de los profesores y  los alumnos, exige atender la brecha digital y requiere investigación para definir cómo maximizar su potencial. Asimismo, los docentes deben prepararse para responder a las reacciones de aquellos estudiantes influenciados por la herencia de la educación tradicional, quienes podrían emitir opiniones poco favorables, por ejemplo “¿Por qué estoy pagando tanto para aprender por mi cuenta?” o “El profesor no enseña, solo espera que hagas todo tú mismo”.

Otros desafíos que presenta la educación invertida, sobre todo para los docentes, es que exige habilidades como la creación de videos atractivos y que motiven al estudiante. Por otra parte, según publica el sitio Teach Hub, algunos docentes comentaron que en ciertos casos es más sencillo explicar las cosas estando cara a cara, y que en el modelo tradicional solo basta con observar a los alumnos para tener cierto feedback; mientras que en la etapa de consumo del video esto último no es posible.

Es importante mencionar que el modelo de aula invertida probablemente no funcione para todas las clases. En algunas será mejor, y en otras menos efectivo. La clave principal del éxito es que exista compromiso y calidad en la elaboración del material.

Fuente: Universia.com.ar